Yo
no sé si alguna vez te ha pasado que de repente tienes una cantidad tan grande
de información que te abruma, se te revuelve en la cabeza y quieres
contarla toda de golpe y al mismo tiempo quieres que no se te olvide nada y
poder expresar cada detalle de todo el rebujito que tienes en medio de la frente…
Uf! Agota sólo intentar explicar la sensación, pero seguro que me has entendido
perfectamente.
Bien,
pues en eso ando yo. Llevamos aquí tres días. Nada o mucho, depende d e cómo se
mire. Aún estoy un poco con la boca abierta. No sé cómo decirlo (de verdad no
sé cómo decirlo!!! Oh my god!!!!) pero es que estoy empezando a reaprender que
por mucho que te creas que eres una “sabida” como decía mi madre, realmente a
la vuelta de cada día algo nuevo está esperando a que lo aprendas.
Anoche
miraba a los chicos y pensaba… “si este viaje acabase mañana estoy segura de
que con sólo tres días aquí ya algo, por mínimo que fuese, habrá cambiado en
sus vidas” Y no es para menos porque es un cúmulo tan grande de situaciones y
de percepciones nuevas, inimaginables incluso, que si a mi cabeza cuarentona y
africanizada desde hace tiempo le cuesta asimilar qué no será a las suyas,
adolescentes y empezando a desperezarse a la vida!!!
Todo
tiene un “algo” A todo le encuentras el lado magnífico. Incluso a las cosas que
no te gustan… incluso esas eres capaz de adivinarlas con criterio. Sobre esto
también me he devanado los sesos en los dos últimos días.
Vamos
por partes que te tengo que estar chiflando!
Este
fin de semana ha sido más bien de toma de contacto con el lugar y con nuestros “compañeros
de piso” de los que te hablaré más tarde. Ayer fuimos a visitar una reserva
natural muy cerquita de aquí donde se recogen, cuidan y reinsertan a su hábitat
primates de diferentes tipos. Al principio, si te digo la verdad, ni tenía muy
claro a dónde íbamos pero cuando llegamos a un lugar verde verde, pero de un
verde que te abruma! Plagado de vegetación, una jungla increíble que te come de
bonita que es… resulta que aparece ante nosotros la entrada a un parque y es
ahí donde adivino que es sólo de primates… Me quedo medio mosca pensando que
serían cuatro monitos metidos en jaulas…
Bueno, mejor ni sigo! Resulta que es
un sitio tan espectacular que te da la sensación cuando lo caminas que el mismo
tarzán va a salir colgando de una liana en cualquier momento!! Hay no sé ni
cuántas especies diferentes (yo para las cifras soy “mumala”) a todas las han
rescatados de redes de comercio ilegal, de lugares donde les maltrataban o
extraviadas y malheridas en algún lugar. Allí se les deja en cuarentena nada
más llegar para darles los cuidados médicos que necesiten y dejar que se vayan
habituando poco a poco a su nueva casa. El momento chimpancés fue increíble
pero reconozco que a mí los gorilas me pueden… No sé, igual me lees y piensas
que soy, simplemente, una flipada de los animales… La verdad es que me da igual!
Recorrer ese sitio ayer por la mañana, empaparnos del tremendo aguacero que nos
cayó encima desde mitad de camino, meternos en una choza de barro al final a
almorzar los trozos de pescado y plátano frito que llevábamos metidos en bolsas
de plástico, los tres kilómetros entre barrizales que tuvimos que hacer andando
a la vuelta porque al conductor no sé qué le pasó que no llegaba… Demasiadas
novedades juntas, demasiados cambios de chip, demasiada vida para poder
describirla sólo con palabras!
Empiezo
a darme cuenta, después de llevar un rato escribiendo, que ya sé más o menos
cómo definir lo que está ocurriendo aquí. Y es que todo tiene “una cara B” como
en las cintas de cassette de cuando éramos chicos. Una cosa es lo que ves, lo
obvio, lo que crees que vas a escuchar o a vivir. Otra cosa diferente (y tan
diferente) es lo que hay detrás de cada uno de esos objetivos iniciales.
Sí,
síiiiiii, me expliiiiico! En la reserva de los monos, por ejemplo, al entrar
piensas que vas a recorrer un parque lleno de jaulas con simios que te hacen “monerías”;
cuando sales te das cuenta de que has pisado y respirado vida en una reserva
natural impresionante en la que un montón de animales tienen una nueva
oportunidad de seguir creciendo y cumpliendo con su función.
En
la casa donde nos quedamos… Se supone que un grupo de antiguos alumnos lleva
adelante una escuela para los más desfavorecidos de la zona. Resulta curioso e
incluso admirable, no? Bien, pues la cara B es que nueve personas viven aquí,
día y noche, los 365 días del año y sacan adelante una escuela especializada en
formación profesional, con cuatro titulaciones técnicas para que los chavales
accedan directamente al mercado laboral al terminar sus estudios. Pero se trata
de nueve personas que, como reza en la placa que hay en la calle a la entrada
del colegio… son voluntarios! Voluntario significa que no cobras un céntimo por
lo que hacen. Tienes unos sesenta y cinco alumnos en la escuela y más de la
mitad vienen enviados por la oficina de Asuntos Sociales. Pero cuando este
grupo de maestros voluntarios solicita a la misma oficina algún tipo de
subvención para tirar adelante con la escuela… Tachán!!! Se la deniegan. Porque
no hay dinero. Y ellos siguen adelante. Y tiran con lo que hay. Y recogen a
chicos que tienen problemas en casa, que ni siquiera son capaces de dirigirle
la palabra a sus padres, que no estudian, que no tienen motivación alguna y,
como me contaba esta misma noche una de las profesoras, los cogen y los llenan
de abrazos y de confianza y les riñen cuando no hacen bien las cosas y les
exigen trabajo y les dan un brazo por el hombro cuando vienen enfurruñados al
colegio y los van a buscar a su casa cuando llevan días sin aparecer. Y al
final terminan. Se forman. Buscan trabajo porque encontraron, entre otras
cosas, confianza en sí mismos.
En
fin… Tengo un millón de cosas más que contarte porque hoy descubrimos un lugar
lleno de magia sobre una montaña de roca y palmeras, porque la convivencia con
chicos de 18 años da para plantearse millón y medio de cosas, porque acabo de
tener una charla de esas que te colocan el alma en su sitio con una mujer
fascinante mientras los grillos y las cigarras nos volvían locas con sus
cantarejos. Un millón de cosas por contarte!!!
Pero
me tengo que ir a la cama porque mañana temprano empezamos a trabajar en el
campo. Ya te contaré.
Sólo
una cosita antes de irme… Intenta descubrir tú también la “cara B” de aquellas
cosas que te rodean… Te sorprenderá seguro. Y habrá valido la pena el intento.
Seguro.
Muá!
0_o
ResponderEliminarLa cara "B" son ustedes!y todos aquellos como ustedes... hoy me siento en deuda con la vida! Gracias.
ResponderEliminarPues si, todo tiene una cara "B" en ocasiones más interesante que la A solo que no siempre es fácil de ver.... Hay que utilizar una mirada de refilón o un prisma diferente, como el de la portada del álbum de Pink Floyd....
ResponderEliminarGracias por enseñarme a usar esa mirada para descubrir las caras “B” de aquello que nos rodea, gracias por compartir tu particular forma de ver esas caras “B”. Que suerte amor que estés aquí.
El "anonimo" no es otro que Mederos el "coleta" que no se porqué carajo no puedo publicar un comentario de otra forma....Hoy la informática me trae por el mal camino
ResponderEliminarWishing you the best of journeys.... the Angels Journey ...love ildi
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=CY6PosCi-Rw&list=PL171CFC535CCEC821