Y tan lejanos... Cada vez que piso suelo africano el tiempo cambia de marcha. Es difícil de explicar, de repente es lentísimo pero no se hace pesado, lo que ocurre es que te hace sentir que llevas aquí meses cuando tan sólo hace una semana que llegaste. En esa semana te da tiempo a descartar de tu mente lo que hasta entonces formaba parte de tu día a día (todo excepto mi familia amada a la que echo más de menos que nunca esta vez, aunque asumo que debe ser porque me voy volviendo viejita y sensiblona)
De repente aquí las "dificultades" no surgen como un problema sino como una anécdota más que ese día hay que solventar. Ya te hablé del cacharrito de mantequilla que me hacía las veces de ducha, verdad? Llenábamos el cubo de agua en el patio y pa dentro. Bien, pues ayer se acabó el agua... Mira tú por dónde! Se quedó sin presión y no sube, así es que desde ayer tenemos que bajar a la gran puñeta -y la gran puñeta se entiende como una bajada con una pendiente simpática de tierra y hierbas sin luz de unos cuatrocientos metros desde donde estamos- ahí llenamos el cubo y eliges si te duchas o vas al baño o ambas cosas y entonces dentro de un ratito ooootra vez el paseíllo a por agua. Cuando en casa se te estropea el grifo se produce el acabose. Llamas a tu madre por si puedes ir a ducharte a su casa, de repente no sabes cocinar nada que no sea con agua, lavarte los dientes se convierte en un castigo. Aquí no. Aquí si no hay agua te vas donde te dije antes, llenas el cubo y subes. Y nadie se queja. Porque además es de verdad que nadie se queja!
Hoy tocó colada. Sin agua. Ja! Había que hacerla aquí arriba, en el patio, porque son sus costumbres y hay que respetarlas, así que llenamos cubos, sacamos ropa y frota que te frota en el cubito. Fue una experiencia, desde luego, nos echamos unas risas y tenemos ropa limpia! Problema? Ninguno!
Yo imagino que debe haber alguna barrera que uno traspasa desde sus propias limitaciones que hace que todo sea factible. Nunca fue tan cierta esa afirmación de "querer es poder" Querer ser feliz es, por supuesto, poder ser feliz.
Este año no trabajo con niños pequeños. Me está costando asumirlo, la verdad, porque ya sabes de mi debilidad por trabajar con los pequeños bomboncitos que son tan entregados y tan intrépidos y tan divertidos... Pues este año no toca. Y yo creo que mi cabeza no había conseguido asumirlo hasta que hemos llegado aquí. Claro que el proyecto no tiene nada que ver con el del año pasado y ese dejó el listón muy alto, he de reconocer que los primeros días me he sentido un poco mal puesta. No sabía exactamente por qué. A la expectativa creo yo. Entonces hoy voy y me doy cuenta de que las cosas se van poniendo en su sitio poco a poco.
Este año no lijo ventanas ni doy clase a los enanos, pero construimos una torre de agua potable, limpiamos, aramos y sembramos un maizal enorme y comparto vida y faenas con ocho adolescentes y mi compañero Maxi que miratúpordónde, entre otras cosas, es mi jefe. Además todo se desarrolla en un país que no tiene nada que ver con los otros países africanos que conozco... pero nada!
Camerún está resultando un país tan sorprendente como atractivo. Está muy desarrollado. Pero mucho. Mucho más que los que yo conocía desde luego. Es tan verde que la vegetación te atrapa, te come, te da vida a la vez y te agobia de humedad. Pero no te importa; porque es tan espectacular cualquier rincón donde mires plagado de palmeras y de vegetación alta y frondosa que te hace sentir en medio de una jungla perpetua.
Hoy me quedaba con la boca abierta cada poco. Resulta que fuimos a la capital, Yaoundé, una ciudad de un millón de habitantes. Llegamos en una hora escasa porque tienen una autovía estupenda sin un sólo bache! Ni un bache en ruta!!! en África Occidental! Pero es que además, las gasolineras están perfectamente regladas y organizadas, hay papeleras en los lugares públicos, la ciudad tiene aceras todo el rato... A ver, no cuento todo esto porque sí, es que es muy extraño encontrar una ciudad de este continente o mejor dicho de este lado de este continente que esté de esta manera. Y yo me alegro tanto... porque sabes qué? A pesar de los no baches, las gasolineras y las papeleras, siguen llenando las calles los jóvenes y las mujeres vendiendo absolutamente de todo mientras caminas, porque en la esquina de la farmacia (sí, también farmacias y hasta una clínica veterinaria vi esta mañana que eso ya me dejó loca del todo) pues en la esquina te ves como te digo, al señor friendo trozos de carne picante y metiéndola en cucuruchos de periódico, al de más allá vendiendo zapatos con uno colocado sobre la cabeza a modo de escaparate, a las señoras preciosas con sus colorines atados a la cabeza, a los niños con los gorros de lana encasquetados hasta las orejas a pesar de los 30 grados y la humedad del 90%, la tienda de sofás con la exposición en plena acera y al lado la funeraria donde te fabrican los féretros a vista de todos y los exponen en medio de las aceras...
Esto es África. Y a mí me vuelve loca tanta mezcla, tanta cara dura, tanta cara bonita, tanto olor a leña ahumada y tanta mezcla loca de lenguas a medio fabricar con otras ancestrales, del joven que le grita a su amigo algo incomprensible en su dialecto materno mientras vuelve a mirar la pantalla de su Samsung Galaxi 4 para seguir escribiendo sus wasap! Esto es África y yo tengo la enorme fortuna de haberla conocido, caminarla, sentirla, olerla, vivirla y desearla siempre de nuevo.
Así es que, efectivamente mis tacones son lejanos ahora, durante un tiempo aún; pero ellos mismos me acompañaron de alguna manera hasta aquí, sobre ellos pateo mis calles todos los días, recorro mi colegio querido, bajo las escaleras de mi casa a trompicones porque siempre se me va haciendo tarde. Los mismos que me descalzo nada más entrar de regreso por la puerta para ir corriendo a dar un beso a mi amor y volver a respirar casa en profundo. Ellos, como tantas otras cosas son parte de mí. De todo esto mío que hoy está aquí.
Quiero seguir descubriendo esta nueva África que jamás me había encontrado por estos caminos. Si quieres te la seguiré mostrando también a ti.
Wow! son las seis de la mañana y por fin he podido quitarme el "mono" de Blog. Ana no nos vuelvas a hacer esto... tres días casi cuatro es mucho tiempo
ResponderEliminarsin degustar África, leyéndote sentimos que estamos allí con ustedes... y eso e mu grande. Gracias y buen día.
Fotos brutales amiga!!!hasta el cambio d una nueva africa nos llega a nosotros...k suert tienes esos chicos de estar mamandote d ti la esencia d africa...besosssss mu fuerteee...tk...
ResponderEliminarEl corazón se me encoge... y se me hincha de tan bella experiencia... porque ella eligió ser voluntaria,compromiso que mas que una satisfacción personal es una vivencia de amor y respeto al prójimo. Un camino de una pasión mística que aun no conocía pero que el Señor le guiñó el ojo y la atrajo a esa bella tierra africana. Ese mágico entorno en donde los sentidos entran en 3D y se siente la vida en cada respiración. En donde la vista alcanza horizontes infinito y hasta en el profundo silencio no se está solo...
ResponderEliminarDonde lo débil se torna fuerte y lo lo fuerte se torna débil... que bonito y único es tener esta suerte … Gracias Ana, Gracias Maxi, Gracias Marta, Gracias Migue, Gracias Pau, Gracias Carlos, Gracias Susana, Gracias Jaime, Gracias Javier, Gracias Claudia y Gracias a todos los Padres por confiar ...