Volver a empezar...

Y como siempre, todo vuelve a empezar. Hace justo un año estaba sentada en esta misma silla enfrentándome por primera vez a la primera entrada en un blog y sin saber muy bien qué pasaría en el mes siguiente a partir de esa noche... Y aquí estoy hoy exactamente igual, intentando colocar letras en la primera entrada de un blog y sin tener ni idea de qué será lo que pase a partir de mañana. 

Este año Camerún. No sé nada del país, salvo las cuatro cosas de geografía o política que se pueden leer por ahí. Quiero ir plana, como siempre, y no me refiero sólo al calzado que, por supuesto, es planito que da gusto, sino a mis ideas previas, a lo que espero o no espero. Estoy abierta a todo, a lo que venga.

Sólo puedo decir que estaré durante el próximo mes en una escuela de la ciudad de Mbalmayo, al sur de Camerún, una escuela muy especial y ya os iré contando por qué. Allí tendremos dos "misiones" fundamentales; por un lado el trabajo de albañilería tal cual, adecentar clases, jardines, construir un gallinero según nos han dicho y empezar a cavar una fosa en el lugar donde irá instalada una potabilizadora de agua. Por las tardes tendremos que dar clase a la gente del barrio. Así que jornadas completitas, como a mí me gusta!! 

El gran reto este año no es sólo el gran continente. El gran reto para mí es el equipo de trabajo. Nos vamos dos adultos con un grupo de ocho chicos y chicas de 17/18 años. Acaban de estudiar Bachillerato en el cole y antes de lanzarse de lleno a la Universidad se vienen de cooperantes con nosotros... qué te parece? A mí me parece genial que hayan tomado esta decisión, ahora sólo falta que las cosas rueden, que pasen, que sucedan simplemente. 

El aprendizaje en la vida, creo que en cualquier cosa que hagas, lo tienes a posteriori. Rara vez aprendes sobre la marcha, o eres consciente de que lo estás haciendo. Yo aún hoy sigo exprimiendo aprendizajes de cosas que ocurrieron hace tiempo ya. Así es que vivir una experiencia como esta con esta edad, sin duda, dejará huella en ellos. Pero eso ustedes y yo ya lo iremos viendo. 

Yo no quiero olvidarme de mí, de mi cabeza, de mis latidos, de todo lo que se me enfurruña entre la frente y el alma; así es que una vez más cojo mi  maleta bien apretadita, cargada una vez más (y ya van unas cuantas) de la misma ilusión o más que la primera vez, cojo mi portátil y mi cámara para guardar todas mis palabras y mis imágenes. La vida me vuelve a dar la oportunidad de crecer, de mirar alrededor y volver a quedarme con la boca abierta, de mirar de lejos por el rabillo del ojo a casa y que se me hagan mil nudos en el estómago por tenerlos lejos, de volver a oler a ébano y a tabaco mascado, de volver a reír de alegría y a llorar de emoción y de dolor y de injusticia, a querer abrazar el mundo en cada foto y en cada palabra. La vida me vuelve a dar de nuevo la oportunidad de hacerme un poquito más vieja, más pobre, más rica y más sabia. Y yo amo tanto a la vida que no pienso desperdiciar ni una de las oportunidades que me sigue regalando.

Hasta pronto mis queridos; la próxima será desde el alma de la tierra. Desde mi África amada. 

Arrancamos!!